martes, 31 de diciembre de 2013

El Asesino del año.

Era el último día que tenía para hacerlo, ahora o nunca se dijo, así es que lo recopiló todo, lo metió en un saco y con un palo la emprendió a golpes, uno tras de otro, hasta que sintió que nada dentro se movía, por fin lo había hecho.

Arrastrando el saco por el pasillo, salió al descansillo, miró a ambos lados para asegurarse de no coincidir con nadie, llamó al ascensor y con taquicardia galopante, rogó para que no le viera nadie, bajó hasta el portal, una vez allí hizo lo mismo, miro al rededor y salió lo más veloz que pudo hasta el coche, abrió el maletero y con mucho esfuerzo metió el saco dentro, circuló durante kilómetros sin destino fijo hasta que como llevado por el destino apareció ante él aquél páramo vacío y solitario. Paró el motor, volvió a asegurarse de que nadie le veía, bajó del coche, sacó el pico y la pala y cavó un agujero negro y profundo como su corazón, allí depositó el saco y lo enterró a la velocidad del viento que en ese momento era de 10 km/h en dirección sur, con el 95% de previsión de precipitaciones. Una vez alisada la superficie respiró profundo sabiendo que dentro de 365 días tendría que cometer otro asesinato si no acababan con el antes.

FELIZ AÑO!

Carmine

jueves, 26 de diciembre de 2013

Entendida en fotogenia

Admiro profundamente a esas personas que aun llenos de mierda hasta el cuello, sonríen en las fotos porque la tienen bien repartida, un séquito de gente invisible que carga cuidadosamente con la mierda que en toda su trayectoria triunfal depositan. Qué suerte la suya. Ahora, cuídate mucho de no cruzarte en su camino, son letales y nocivos, hay quien huye casi en su presencia que si es breve dos veces buena.

Anonimato

martes, 24 de diciembre de 2013

Fin de fiesta

Pasaban los segundos, los minutos, las horas y ahí seguíamos todos, la fiesta continuaba pero de otra manera. A ver si me explico, ya no había música, ni gente bailando, ni botellas de alcohol deslizándose en la barra... Simplemente silencio. Los pocos que quedamos juntamos varias sillas en el porche y nos tumbamos rodeados de mantas esperando con paciencia el amanecer.

Más silencio.

Seis y media de la mañana, los conjuntos de luces comenzaron a dibujar una hermosa estampa que se proyectó ante nuestros ojos. Destellos anaranjados y rosáceos lucían aquella mañana de Junio. De fondo un arco, la piscina y más en el fondo aún el mar. Grandioso, eterno, perfecto y admirable.

Julio Pard

domingo, 22 de diciembre de 2013

Acróstico

(Únanse las primeras letras de cada párrafo para formar una palabra).

Fue una sorpresa aquel letrero: “Monasterio cisterciense a 5 kilómetros”.

A pesar de haber circulado varias veces por aquella carretera no lo había visto antes.

Nunca resisto la llamada del arte, así que, aunque ya anochecía, tomé inmediatamente la desviación.

Todo era soledad y silencio alrededor de aquellos muros sombríos en cuya puerta abierta nadie me detuvo.

Anduve por claustros y galerías en una semioscuridad lúgubre que habría sobrecogido a otro menos absorto en admirar arcos, cúpulas y capiteles, hasta que desemboqué en el espacioso refectorio.

Sí que me sobresalté entonces, pues, sentados a la mesa, veinte frailes encapuchados me miraron, pero al acercarme descubrí que bajo sus capuchas ¡no había nadie!

Mi carrera fue alocada e interminable y las bóvedas devolvieron el eco de mis gemidos.

Al día siguiente el letrero había desaparec ido y en lugar del monasterio únicamente encontré campo y, como el anterior anochecer, soledad y silencio.



El Manco del Espanto

viernes, 20 de diciembre de 2013

Ella sabrá lo que hace.

Ella sabrá lo que hace, debemos seguirla si queremos llegar al refugio, después de tantos años trabajando en estos montes tiene que saber cual es el camino de vuelta, el que no confíe y quiera abandonar es libre de hacerlo, pero tener en cuenta que esa decisión conlleva unos riesgos importantes, la niebla es cerrada y el sol se ha puesto hace mas de una hora, pronto no habrá visibilidad y será mas fácil desorientarse.

La mayoría tomó la decisión de seguirla precipitándose por el acantilado.

En los periódicos los titulares que figuraban apuntaban a un suicidio colectivo.

Carmine

La séptima ola.

Como tantas veces había hecho de niño, cogió el cubito rojo, el rastrillo, la pala, se caló el gorro hasta las cejas y se acercó a la orilla buscando la arena húmeda, eligió el mejor sitio, se arrodilló y comenzó a cavar por aquí y por allá, rastrilló, alisó, levantó paredes, hizo fosos, puentes, escaleras y murallas, en a penas unas horas tenía un hermoso castillo.

Ensimismado se puso en pie para mirar desde otra perspectiva, se retiró unos metros, la marea subía a hurtadillas era el momento de contar las olas, en la séptima sabía que también esta vez lloraría.



Carmine

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Bodas de Oro

Su conciencia no podría soportarlo más tiempo. Su marido debía encontrar las palabras exactas para desvelar la última aventura pero, estaba como paralizado y no encontraba en el manual de empatía nada que le ayudara a confesar su nueva infidelidad.

Ella, sabía que tenía derecho al olvido pero, quería escuchar de su boca la verdad, aun a riesgo de quedar convertida en estatua de sal.

Entre tantos candados colgados de El Pont des Arts, encontraron un hueco donde podrían cerrar el suyo y sellar eternamente sus secretos, pero prefirió marcharse dejándolo esposado sobre el Sena.



Montesinadas

lunes, 16 de diciembre de 2013

Comienzo sugerente

Cuando conocí a Nicolás fue porque le recogí del suelo, estaba tendido durmiendo en las vías del tramo clausurado entre Ocejín y Piñuelas , lo primero que hice fue darle de beber, tenía sed, los labios resecos, el sol había quemado su cara y me miraba perplejo, sin poder creer que esta vez tampoco había muerto. Al caer la tarde, sentados junto al fuego, me relató sus intentos fallidos de quitarse la vida; eligió estrellarse con un viejo automóvil negro que robó en la funeraria del pueblo, lo más que consiguió fue un arañazo en la frente que le causó una rama del árbol contra el que fue a parar, otra vez decidió lanzarse desde el campanario cayendo en un carro cargado de alfalfa que pasaba por allí en ese preciso momento, ahora había pensado en el tren, que no pasa por allí hace años, para acabar con su vida.



Carmine

Me acuesto temprano

Llevo mucho tiempo acostándome temprano. Al apoyar mi mejilla en la almohada rememoro los besos de mi madre, primero suplicados, después añorados en la oscuridad de mi cuarto, siempre escasos para mi gusto, porque mi padre la reclamaba para cenar con los invitados en la planta baja.

Del niño que fui al hombre que ahora soy -que creen que soy- media una aventurera juventud en Haití y un desenlace ignorado por todos. Me toman por un achacoso prematuro, alguien debilitado por las secuelas de una enfermedad tropical y que necesita descansar más de lo corriente. Me acuesto y me entrego a mi añoranza, a mis dulces recuerdos, a la busca del tiempo perdido, el tiempo en que fui mortal.

Porque sólo yo sé quién soy, quién no soy. Un muerto viviente condenado a recordar sin descanso, a pasear sus insomnios en las noches eternas por el camino de Swann.



El Manco del Espanto

domingo, 15 de diciembre de 2013

Carnet de baile

Eran casi las doce de la noche cuando entró en el bar. Sonaba una música casi tan triste como aquel viejo antro. No era joven. Ni guapa. Estaba, eso sí, gloriosamente borracha. Avanzó hacia la barra trastabillando y resbalando por el suelo pringoso, agarrándose a las mesas vacías para no caer. Acabó a mi lado. No me sorprendió. La desesperación y la locura se atraen, y yo llevaba horas alimentándolas a ambas con alcohol barato. Supuse que intentaría gorronearme una copa, pero no lo hizo. Pidió whisky, whisky del caro, y me invitó a mí a otro. Mi noche de suerte. Tenía los ojos bonitos, dos gemas verdes olvidadas en el rostro arrasado y golpeado a conciencia por la perra vida. “Quiero bailar contigo. Me he prometido que acabaría el año bailando con un hombre”. Apuré el trago. “¿Por qué no”? Y así recibimos el año nuevo, mezclando lágrimas empapadas en alcohol, bailando torpemente, abrazados en medio del bar.

Hank66

El Blues de la Ciudad Abrasada

El viejo del traje negro parecía estar en las últimas, pero bailaba bien, con chulería de bluesman alcohólico. Me gustaba cómo sonaban sus zapatos sobre el asfalto caliente. Mi ciudad, esa puta cara, sonreía y me mostraba sus encantos. Olía a piel de mujer acariciada por un sol perezoso, lúbrico. Y todo era gratis. De pronto, me di de bruces con él. Sentado en una vieja silla de ruedas, aferrado a un micrófono conectado a un magnetófono destrozado. Cantaba, intentaba cantar. Cerré los ojos, pidiendo que parara, por favor. Su alma supuraba y el aire se pudrió de golpe, la tregua acabó, y él era joven, sólo nos separaba un golpe de mala fortuna, un mal nacimiento, una mala caída. La puerca mala suerte. Cuando volví a mirar él callaba, fatigado, y una puta vieja y devastada desafinaba al micro. Seguí caminando, y ya nada era gratis, y el sol sólo un jodido disco molesto y abrasador en el cielo.

Hank66

martes, 10 de diciembre de 2013

El oráculo maldito II

En Venus habían comunicado por las pantallas galácticas que se iba a producir un fenómeno atmosférico nunca visto, nos reunimos todos con nuestras antenas conectadas para presenciarlo, captar las imágenes con nuestro ojo común y así poder guardar un documento gráfico para la posteridad.

Mientras, en otro lugar no muy lejano del espacio interestelar algunos mecanismos de la nave fallaron, no era posible el camino de regreso al planeta Tierra sin antes hacer escala en algún lugar intermedio del sistema solar. Consultaron al oráculo y después de un inquietante silencio, recomendó Venus como la opción más loable. Inmediatamente programaron la nave en esa dirección con el propulsor a chorro y en cuestión de tiempo atravesó la atmósfera de ese planeta sin causar estrago alguno en los venusinos que para sorpresa estaban todos reunidos esperando el acontecimiento.

Exactamente 112 segundos pasaron y la nave explosionó fundiéndose en la atmósfera ante los aplausos y vítores de la multitud que nunca olvidó el fenómeno.

Carmine

Hombre prevenido

El día que apareció en el trabajo media hora más tarde de lo previsto no pudo disimular, no hubo escusa, envuelto en una sábana que le asomaba por debajo de las ropas y también sobresalía por el cuello de su camisa, además de producir una enorme y blanda chepa en su espalda, dio a entender con total claridad que aquel día se le habían pegado las sabanas.

En la hora de descanso se marchó presuroso a la casa de socorro, allí después de ser sometido a una intervención de urgencia, por fin se liberó de ellas, desde entonces duerme en la bañera vestido con la ropa del día siguiente.

Carmine

NATIVIDAD

La natividad es la propiedad de lo nativo. Una parte de las tribus terráqueas celebran a finales de cada uno de sus años numéricos la natividad de alguien que no fue nativo. Ellas creen que hay un misterio divino en ese nacimiento, pero el auténtico misterio es que haya existido alguien cuya natividad lo excluye de ser nativo.

Alfonso Blanco

lunes, 9 de diciembre de 2013

Destino

Un extraño brillo que salía de sus ojos al mirar la sobrecogió, mirándole ensimismada preguntó _ ¿quien eres? _ ¿dime quien te envía?. La respuesta que obtuvo fue heladora: _Soy el demonio, vengo a por ti, dijo mientras una mueca parecida a una sonrisa preciosa aparecía en su rostro cuidadosamente afeitado, acto seguido un rápido halo sombreado de maldad escalofriante los envolvió por completo y entraron en un laberinto con un final anunciado, como la muerte en la vida.

El Universo había escuchado sus suplicas, milagrosamente él apareció de forma inesperada en un momento en el que lo necesitaba y entró en su vida como un torbellino repleto de viento y niebla, puso una alfombra de barro blando bajo sus pies, resbalaba pero siguió dejándose arrastrar sin pensar en nada más por una vez en su vida.

Cerró los ojos a las señales de alarma que fueron muchas, todo pronosticaba un desastre pero prefirió mirar para otro lado guiada por la brisa renovada que la envolvió con su presencia.

_Dime un lugar del mundo al azar y seguro que yo he estado allí, he estado en todos los sitios, he viajado a lo largo y ancho del planeta, he conocido a mil personas, he tenido mil amantes, he vivido en mil casas, tengo mil hijos repartidos entre todas las mujeres a las que he poseído y mil almas hacen cola para venderse a mi todos los días, _¿quieres la vez ahora? o mejor esperamos a que seas tu quien me ruegue para que te conceda un lugar en la interminable lista, si te portas bien te colaré con los ojos cerrados, solo has de seguir mis indicaciones y conseguirás la eternidad.

Caminando por una cuerda vieja desmadejada en los extremos, colgando encima de un abismo interminable y oscuro se agarró de su mano, según caminaba hacia ningún sitio fue desprendiéndose de sus cosas materiales, caían las ropas desintegrándose en la atmósfera contaminada, volaban los zapatos como meteoritos en el firmamento negro, lo último q ue cayó por el otro lado de la soga deshilachada y a punto de ceder por fin fue su corazón, antes ya se desprendió de los ojos cansados de permanecer sellados y de su lengua que voló entera dando tumbos, quedando todo en silencio absoluto, un silencio que se escuchaba en su alma agazapada en aquel cuerpo dolorido, dormido, entumecido y estupefacto.

Llegando a la otra orilla después de un largo recorrido tortuoso y cuando ya no le quedaba nada pues se había desprendido de todo, sus fuerzas flojeaban al igual que la soga que los soportaba a los dos, entonces notó como la fuerza de la mano que asía la suya se desvaneció por completo en un gesto rápido liberando así su alma cautiva, caída libre, rápida, fugaz, ya no importaba nada mas que caer para estrellarse en libertad.

Al golpearse contra su destino murió en el acto, una sonrisa espontánea se dibujó en su rostro al tiempo que expiraba.



anónimo

Felices fiestas sin luz de luna

Quiero desear buenas fiestas a los colectivos desfavorecidos. Incluyo a los enfermos y al personal sanitario; a los alumnos y a los maestros; a familias con dependientes, y a los desalojados de sus casas. En definitiva, a los que la crisis ha dejado en la cuneta de los sueños, como títeres rotos.

De forma especial, deseo lo mejor, a los que se enfrentan a la vida con la decisión de ser felices.

A mis amigos virtuales, y a los reales, a los que me promueven nuevas visiones sin menospreciar las mías… mis mejores deseos.

A los que me ofrecen la mano si resbalo, y a los que, en contadas ocasiones, yo alimento con el apoyo de mis brazos…mis deseos más preciados, mis versos más consentidos.

Para los amigos de relatarium, realmente espero la alegría total ante retos; ilusiones urdidas mágicamente. Esas que, desde un papel piden a gritos la tinta, para cobrar vida y echarse a andar.

Para todos, para todas...Felices fiestas



Albada

sábado, 7 de diciembre de 2013

Sol-Ventas

Como cada mañana ella entró al vagón a las ocho y diez en la estación de Sol. Como siempre él no tuvo valor para hablarle. Ayer no le había dicho que su nuevo peinado le sentaba muy bien, ni anteayer que la veía más cansada, ni al otro le había preguntado por qué había faltado dos días. Las cosas que no le había dicho en aquellos tres años habrían llenado una enciclopedia.

Hoy especialmente no sería capaz de decirle que desde la semana próxima tendría que cambiar de trayecto y entonces las mañanas ya no tendrían sentido. Que la añoraría desesperadamente. Que la quería sin remedio.

Camino de la puerta, la miró una vez más. Ella, como siempre, pareció no verle. Pero sintió en sus dedos el contacto eléctrico de los dedos de ella y se encontró un papel en la mano. Escrita con bolígrafo, había una sola palabra: “Sí”.



El Manco del Espanto

martes, 3 de diciembre de 2013

Viajera del espacio

La calma y la armonia reinaban alli.

Era curioso, pero estaba convencida de que pertenecia a ese lugar, que simplemente regresaba,

y ya no pensaba abandonarlo.

La hicieron pasar a una sala donde se reunian para

los festejos. Todos se mostraban felices con su

presencia. Tomaron asiento en slencio, alrededor

de una mesa circular...

Sobre la misma, se veian grandes fuentes, llenas

de frutas exoticas, decoradas con flores de exqui-

sito aroma.

Se comunicaban con facilidad, y en sus gestos y

miradas se advertia...

-Me falta poco para terminarlo- se dijo en un

bostezo, y zzzzzzzz...

Zully

domingo, 1 de diciembre de 2013

El Solista

Cuando se cepillaba los dientes por la mañana emitía con el frotamiento del cepillo melodías y sinfonías por todos conocidas, tal era su éxito que cuando con la gárgara final daba por concluido su aseo y concierto matutino, era aplaudido y vitoreado desde la cama por los que aún dormían o al menos lo intentaban aprovechando sus últimos minutos de remoloneo entre las sábanas.

Carmine

El vendedor de toallas

En aquella playa abundaban los rostros exóticos. Algunas mujeres chinas ofrecían masajes de pies, unos pakistanís despachaban bebidas, dos marroquís alquilaban hamacas… y ese día apareció un joven con una túnica púrpura vendiendo toallas.

Fue directamente hacia una familia que tomaba el sol cerca de mí. Tenía unos penetrantes ojos negros, y creo que sólo yo observé la intensa mirada de complicidad que intercambió con la hija adolescente. Entonces recordé haberle visto por el hotel en que aquel grupo y yo nos alojábamos.

Los padres no pusieron inconveniente cuando la chica se interesó por una toalla. Preguntaron al vendedor de dónde era, y éste respondió enigmáticamente: “Bagdad”. Cuando se marchó, la chica extendió la amplia toalla y se estiró sobre ella. Lejos de relajarse, me pareció nerviosa y expectante, incluso algo pálida.

Sin duda fui el primero en verla despegar. Ganó altura mientras abajo se hacía un silencio de estu pefacción. Cuando brotaron las primeras exclamaciones enfilaba ya hacia el horizonte marino, hasta que fue solo un punto y por fin desapareció. Luego supe que algunos bañistas la tomaron por una extraña y veloz ala delta.

Supe también, unos años después, que nunca más habían encontrado a ninguno de los dos.



El Manco del Espanto

viernes, 29 de noviembre de 2013

Superstición

Nunca creí en supersticiones pero cierto es que aquel día al pasar el puente viejo camino de la Iglesia, un enorme gato negro cruzó raudo por delante de mi ; me quede inmóvil en acto reflejo y el animal aprovechó desde su improvisado refugio en una piedra de la cuenta, para clavar su mirada en mi con un brillante destello haciéndome estremecer; aun no había amanecido, el silencio era pleno , la oscuridad y la niebla me transportaban a algún imaginario lugar muy cercano a las puertas del fin del Mundo.

Continué mi trayecto con una sensación de extraña zozobra que me mantenía en alerta, presentía que algo iba a ocurrir y tardé poco en confirmar mi intuición, cuando llegaba al Templo pude ver con espanto como alguien saltaba al vacío desde la torre del campanario.

Corrí al encuentro de la desgracia, me arrodille con una ilusión de atisbar su pulso pero fue inútil, al volver el cuerpo que yacía en posición decúbito prono, ya era un cadáver sanguin olento.

Me despojé inmediatamente de mi hábito, cubrí el cuerpo por entero y corrí desgañitado en dirección a la aldea, las luces débiles del alba ya me abrían camino.

Al escuchar los gritos solicitando auxilio salieron a mi encuentro varios parroquianos que no podían dar crédito a la aterradora anunciación siguiéndome prestos al lugar del hecho, precedían la comitiva el cura y el médico.

La sorpresa de un calibre desmesurado fue encontrar la túnica tendida sin nada más que una raposa muerta debajo. Los rostros de los presentes eran de estatua, confusos y aturdidos todos ellos me miraban interrogantes esperando una explicación, algo que no pude facilitar pues solo Dios sabe que lo que yo presencié era certero y que lo que teníamos delante parecía una broma del maligno que usándose de mi había engañado a los demás con algún fin oculto. Así expuse mi pensamiento con el corazón sincero y ninguno de los que allí estaban me creyeron, dud ando en consenso de mi salud mental.

No puedo hacer un cálculo del tiempo que transcurrió hasta que el cuerpo golpeó contra el suelo cuajado de escarcha, no quiero recordar el sonido que sobrecogió mi alma para siempre y que aun hoy atormenta mi descanso en el lecho todas y cada una de las temidas noches de mi existencia, no puedo olvidar los ojos

desesperadamente abiertos de aquella funesta muchacha que inducida por alguna fuerza ajena decidió quitarse la vida de ese modo y que yo fuera su único testigo.

No quiero convencerme de que lo soñé porque sería engañarme a mi mismo que a fin de cuentas es con la única compañía que cuento desde aquel siniestro día en el que mi vida es solo una ilusión de otrora en el que no creía en supersticiones.

Carmine

Esperanza

Se trataba de un recorte definitivo, lo único que podía comer hasta final de mes era pastel de galleta que había sobrado en su cumpleaños. El desencanto que invadía sus pensamientos se diluyó al ver la flor que había brotado de la violeta africana después de tanto tiempo.

Carmine

Error de casting

Y nunca le recordaba lo que no se debía contar para evitar la vergüenza de la memoria y el dolor del miedo a que se repitiera el desafortunado accidente.

Por eso, y para que pudiera gestionar sus fantasmas, cada vez que le daba a su hermano el revólver para comenzar el numero de puntería, revisaba que las balas fueran de fogueo y que su madre no eligiera, de nuevo, un hombre del publico parecido a su papa.

Apuesta en REC

Montesinadas

martes, 26 de noviembre de 2013

Desafortunada en amores

No podía evitar sentirse como un premio de consolación sin saber que en su cartera, en el mismo bolsillo en el que guardaba la foto de él, tenía el boleto con el primer premio del sorteo millonario.

M.A.

jueves, 21 de noviembre de 2013

CANCIONES INFANTILES

SALA-mandra espasmódica

CADU-cidad infantil

LA-bios asqueantes

CHA-cras escatológicos

CHI-llidos estentóreos

COMU-nicación abortada

LÁ-grima petrificada

BIBIDIBABIDIBÚ

(canción del "hada madrina" de las niñas que han sufrido la ablación)

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AIHO

AIHO

Al basurero

A rebuscar

Allí encontraré

Algo que comer

Y algo que vender

AIHO

AIHO

A ver si me hago mayor

Y como mi hermana

Me prostituiré

Y podré decir adiós

A este olor que olvidaré

AIHOOOOOO

AIHOOOOOO

(canción de los "enanitos" que trabajan en los basureros de algunas grandes ciudades del mundo)



Alfonso Blanco

La jaula de oro

!Cuántas veces he acariciado este sueño!

!Me he pasado la vida imaginándolo y por fin ha llegado!

No he descuidado ningún detalle, nada debe empañar mi gloria, por eso me he probado mil veces el vestido y he ensayado el discurso hasta la extenuación.

Escucho mi nombre y me deslizo por la alfombra como una princesa. Incluso me entran ganas de llorar, cosa que naturalmente no me permito.

De vuelta a mi butaca, con la estatuilla en los brazos, pienso en lo precioso que hubiera sido que mi marido compartiera este momento conmigo, pero claro... hace tanto tiempo que no compartimos nada, que hubiera sido paradójico.

Mi padre si, mi padre hubiera disfrutado viéndome triunfar, pero claro con la demencia que tiene era una tontería hacerle venir, lo hubiera complicado todo.

Lo que me ha extrañado es lo de mis amigos... creía que vendrían aunque no fuera más que por presumir de amiga famosa. Es cierto que hace años que no les llamo, pero ello s saben lo complicada que es mi vida.

Miro alrededor y veo como me vitorean un montón de desconocidos a los cuales dirijo una sonrisa encantadora, mientras me pregunto como me las voy a arreglar para seguir viviendo, ahora que ya no me quedan sueños.

desasosegada

sábado, 16 de noviembre de 2013

Aprendices de niño…



Inviernos de nieves pero sin bienes. Eran años de colegios de curas, (unos clementes, otros cabrones) claustros y fuentes talladas de aguas frescas, y religiones impuestas, castigos y represiones, pupitres, mapas geográficos, francés y latín, meriendas de pan con chocolate, pañuelos llenos de mocos y narices rojas, irritadas de frío y constipados…eran días de hambre, de tebeos, bocas agrietadas de succionar mitades de naranjas…patios de tierra, juegos de pelota y vistas de horizontes en la lejanía ¿Dónde sino están siempre los horizontes?...eran los comienzos de nuestras vidas…

15 Marzo 2010



Kim Bertran Canut

viernes, 15 de noviembre de 2013

Tú y Bécquer pero sobre todo TÚ

Elevé la copa emulando nuestro brindis y me detuvo el color intenso y púrpura del granate que oscilaba con la luz y se hacía inmenso. Humedecí mis labios registrando cada nota de sabor, para imprimirla en tus labios con un beso de frutos rojos y madera de barrica de cuatro años. Con la vista en un punto que atravesaba la atmósfera recorrí todas las instantáneas de nuestra historia, tú sosegado y con sonrisa franca calzándome las alas que me dieras el día que nos reunió el universo. Yo impaciente por probarlas, rodeándote el cuello con mis brazos, deshaciéndome en el agua de tus besos.

Podrá en el sendero del tiempo abrirse la boca de un volcán y arrollarnos en el devastador suceso. Podrá embestirnos un terremoto y cambiar a la tierra su pulso girándola en el sentido inverso. Podrá el sol negarnos su luz de vida y la luna persistir en su cara oculta y su fase nueva. Podrán no atravesar el cielo más estrellas fugaces y llenarse nuestros ojos de lágrim as y ausencia, pero tu y yo tendremos creciendo siempre en el alma una brizna verde, la que tejió la enredadera enamorada, día a día, beso a beso, colmada de semillas engendradas en el devenir de los días mientras caminamos en la misma dicha, mientras nos arrullan los mismos sueños.

Mercedes Marín del Valle

jueves, 14 de noviembre de 2013

INSTANTANEA DE OTOÑO

Una lluvia de hojas doradas cae sobre el parque y una especie de escalofrío hace temblar las ramas lánguidas del sauce.

En el suelo, bailando en remolinos, las hojas, recorren todos los rincones; danzan de los columpios a la rosaleda y de allí a aquella falda de vuelo, sujeta precipitadamente con ambas manos.

La bufanda enrollada en tres vueltas que casi asfixia a de don Eugenio nos recuerda que el invierno asoma ya su garra helada, dispuesto a llenarlo todo con sus toses y fiebres

Y mientras yo paseo sobre las crujientes hojas, pelando cuidadosamente unas castañas asadas y pensando: “Un Otoño más, un verano menos”



desasosegada

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Que vienen los Orcos

El estupor sobrecoge Madrid: una turba de orcos hurga entre los desperdicios desparramados por las aceras a causa de la huelga de limpieza. Ya venía detectándose la desaparición de las gaviotas merodeadoras del vertedero municipal de Valdemingómez, cuyos despojos ensangrentados se esparcían por los alrededores. Tras la inicial dificultad para comprender el primitivo lenguaje de estos intrusos, compuesto de gruñidos, escupitajos y cortes de manga, el Ayuntamiento ha recurrido a un grupo de skinheads, los cuales accedieron a traducirlo: dicen que la crisis económica azota también al reino de Mordor, la Tierra del Mal, y que por estos pagos han encontrado un nuevo Edén de carroña y podredumbre. También traen un mensaje conminatorio del Gran Sauron el Oscuro, señor de Mordor, que propone intercambiar embajadores y, a cambio de cederle nuestros excedentes de basura, ofrece mano de obra barata y asesoramiento cualificado para nuestros políticos y banqueros. Gobierno y oposición debaten acaloradamente pros y contras de dicho ofrecimiento que, de aceptarse, podría provocar un peligroso efecto llamada sobre trolls, cíclopes y otras potenciales razas invasoras. Seguiremos informando.

El Manco del Espanto

lunes, 11 de noviembre de 2013

BANG

“Bang”, susurró apoyando el cañón en la sien y cerrando los ojos ante el espejo del dormitorio conyugal. “Clic”, sonó el percutor al golpear en vacío. Juan suspiró. ¿Cuántas veces se había entregado a aquel juego infantil? Eran ya innumerables.

Aquel arma era falsa, sólo una fiel reproducción, aunque podría confundirse con una de verdad. Falsa como el amor que cada día juraba profesarle a su mujer, Luisa, cuyo retrato, colgado a su espalda, le taladraba con la mirada desde el espejo. Falsa como el amor que le declaraba a la otra mujer, Isabel, cuya existencia le constaba que Luisa conocía. Falsa como su vida. Y sin embargo se sentía incapaz de renunciar a ninguna de las dos.

Cuando no podía más se abandonaba a aquel simulacro pueril de quitarse la vida, que parecía consolarle momentáneamente.

Miró al retrato en el espejo y apoyó nuevamente el cañón. “Bang”, repitió apretando el gatillo. “¡Bang!”, respondió el arma, y un surtidor de sangre salpicó el cristal.

Juan se desplomó. La puerta se abrió a su espalda y el espejo, entre múltiples gotas rojizas, reflejó la entrada de la mujer del retrato.

Aún llevaba, escondida bajo su ropa, la pistola que parecía de verdad.



El Manco del Espanto

jueves, 7 de noviembre de 2013

Sinfonía de las cuatro estaciones

Lo reconozco, le tengo envidia al verano. Quién tuviera su atractivo, su gracia, su caché. Cuando se va, la gente pasa varios meses recordándolo con nostalgia y luego se pasa otros tantos aguardando su regreso. En cuanto le ven asomar, las chicas empiezan a quitarse ropa. ¿Cuántos pueden decir otro tanto? Sí, bueno, la primavera no está mal, con sus flores y eso. Un poco cursi, pero agradable en el fondo. Claro que para cursi el otoño, con sus hojas por el suelo y sus paseos lánguidos. Menos mal que también tiene los higos, las setas, las castañas… Y del invierno mejor no hablar. ¡Qué antipático! Y todavía hay quien dice que no está mal. Sí, claro, encantador el invierno, con sus madrugones en enero, sus estornudos y toses, sus mocos, sus faringitis, sus rinitis, sus bronquitis, sus gripes, sus cuarenta de fiebre… encantador.

Y volviendo al verano, tampoco es oro todo lo que reluce. Le pasa como a las personas que van de encantadoras y se lo tienen m uy creído: que escarbas tras la fachada y te encuentras con las pegas. ¿O nos hemos olvidado ya de las picaduras de los mosquitos del año pasado, los incendios forestales, el calorazo de las noches de agosto, las quemaduras del sol, aquellas rozaduras de la sandalia, aquel juanete, aquel sablazo en el chiringuito, aquellas retenciones en la carretera de Valencia?

No sé a ustedes, pero a mí me da que este texto está quedando un poco raro. Bueno, va, con sus inconvenientes y todo el verano es la menos mala de las estaciones. Un momento… ¿Seguro?

Esto no mejora, pero da igual. Quiero aclarar que el verano, como la vida, no es perfecto, pero como la vida es un tiempo único y maravilloso en que podemos hacer que muchos sueños se cumplan. Por ejemplo el de divertirnos, convivir, querernos y cargar las pilas para afrontar las otras estaciones. Que, como la vida, tampoco son perfectas, pero tienen muchísimo que ofrecer si las abordamos con espíritu positivo.Y es que mucho despotricar, pero al final soy más tierno que King Kong haciendo ganchillo.



El Vivaldi

ORO Y DIAMANTES

María se miró al espejo y sonrió. Su mísera felicidad de pobreza absoluta contrastaba con la tristeza opulenta de su vecina.

–Te cubriré con oro y diamantes –escuchó un día.

Menos mal que no se lo dijeron a ella.

–Contigo, pan y cebolla –sí le dijeron.

Ella aceptó y no se arrepintió. A solas, su vecina lloraba.



Fernando da Casa de Cantos

miércoles, 6 de noviembre de 2013

UNA PEQUEÑA HISTORIA PORTEÑA

Un hombre y una mujer de mediana edad hablan sentados ante una mesa sobre la que se encuentra un ordenador. Se los ve al fondo de su negocio, entre lámparas y cachivaches, en el mercado de San Telmo de Buenos Aires.

- Pero, viejita, ¿vos creés que como va el negocio podemos dejarlo y largarnos a Cabo Polonio una semana de vacaciones?

- Che, vos dijiste que dejábamos el laburo en el banco para vivir mejor.

- ¿Los de Córdoba nacieron soñando o fue la migración lo que te dejó así...?

- No andes jodiendo, los rioplatenses sí que sueñan, pero solo con la boca, llegado el caso no tienen arrestos y os sale esa parsimonia tanguera que no los mueve del sitio.

- Andá, no peleemos, che…

- Tá bien ¿y?

- El próximo invierno.

- ¿Te había dicho que sos un amor?

- …



Alfonso Blanco

Cita con la muerte

De todas las citas, reuniones, fiestas, comisiones, ceremonias, etc… a las que que tengo previsto acudir, sólo hay una a la que tengo la certeza absoluta de que no faltaré.

No hay principio de incertidumbre alguno, no hay circunstancia que pueda adelantarla o posponerla. Llegaré puntual como un clavo y allí estará la muerte esperándome con los brazos abiertos.

Mientras tanto, ella, indolente, da cuerda a mi reloj y yo me esfuerzo en exprimir los minutos.

Ella piensa “todo se andará” y yo pienso “cada cosa a su tiempo”.

Le doy la espalda, inconsciente, sabiendo que hoy, otra vez, gano yo; pero que llegará el día en que se salga con la suya.



desasosegada

martes, 5 de noviembre de 2013

ESPERÁNDOTE

El mismo mar y, sin embargo, es tan inmenso el horizonte que aunque te sentía no alcanzaba a verte.

La gente pasea por la orilla de la playa. Cuerpos de todos los tamaños y con pieles de todos los colores se mueven y parecen no pensar. Yo estática frente al mar, pienso. Es lo único que hago, pensar y esperar a que la tierra gire de verdad y en un vuelco nos reúna para siempre.



Mercedes Marín del Valle

ENTRE LAS NUBES



Tus manos surgieron de entre las nubes y asieron las mías, temblorosas e inseguras. A mi corazón llegó la calma y sobrevolamos una vez más nuestro universo tan inmenso y acogedor, tan pintoresco y misterioso, tan elaborado, tan sencillo, tan silencioso y con tantos sonidos. Tan explosivo y tan mágico.

Quedémonos aquí para siempre.



Mercedes Marín del Valle

jueves, 31 de octubre de 2013

VIDA

¿Se inventará la muerte,

la humana,

alguna otra muerte?

¿Ya pasaron todas las muertes,

las muertes inventadas,

las muertes renegadas,

las muertes avergonzadas,

las dulces muertes?

Queda algo de muerte

por inventar.

Queda algo de esperanza

en que la muerte

nunca muera.

Si la muerte pierde

su muerte

¿quién la sustituirá?



Alfonso Blanco

SILENCIOSA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

Fuera se escuchan las instrucciones de la profesora de Inglés que se empeña en que sus alumnos pronuncien correctamente. Aquí dentro solo se escucha el sonido de mis dedos sobre el teclado y el tic tac de mi corazón. Si los pensamientos fueran sonoros, habría muchísimos más ruidos. Tal vez hasta se acercarían para preguntarme qué es lo que está sucediendo aquí dentro, no aquí dentro de mi, que es una pregunta difícil de hacer, aquí dentro en el lugar físico en el que me hallo. Jamás podrían sospechar que tantos pensamientos pudieran caber en una cabeza, al fin y al cabo, pequeña.

Si mis pensamientos pudieran emitir sonidos,hoy, ahora,las melodías más dulces y relajantes se verían interrumpidas por otras metálicas y estridentes. Es un no parar.

Al principio de la jornada, estaba tan mimetizada con los pupitres y los cuadernos que todo mi cuerpo se olvidó de mi alma ¿o fue al revés?

Ahora, por entre los vocablos en lengua inglesa y el te clear impaciente, sobresalen los ruido que emiten mis pensamientos y que solo yo, menos mal, escucho.

Ni bueno, ni malo, sino todo lo contrario, como diría Aute.

Mercedes Marín del Valle

Flores en La Nacional

Había ido al cementerio donde María reposaba. Quiso rezar, pero no pudo.

La recordó como saliera de la casa, con su bañador recién comprado, la camiseta de su padre que usaba para ir a la playa, y que no ocultaba la lozanía de sus dieciséis años, y su toalla al hombro. Vio su cara al cerrar la puerta, con su risa de fresa, y el ímpetu del sonido de sus pasos de chanclas por la escalera.

No la vio marchar pedaleando, ni la dio un beso, ni...nada de nada.

Cuando pasaron diez minutos ante un nicho, y el dolor de haberla perdido fue una dentellada en las entrañas, cogió el ramo de claveles y se marchó.

Condujo hasta el quilómetro trescientos quince, parando en el arcén. Sintió un vagar que preguntaba -qué pasó. Notó el dolor del impacto en sus costillas, y sentada en el suelo, con las flores en la mano, acabó dejándolas ligadas al quitamiedos con su foulard.

Desde entonces no va al cementerio el Uno de Noviembre. Ella acude con flores frescas, a un punto de carretera, cada quince de Agosto, a una cita invisible.

Ese día se explican cómo les va la vida, se cuentan sus cosas, y se dan los besos que sin labios pueden darse cuando sigue viva la vida que deja al cuerpo atrás.



Albada

lunes, 28 de octubre de 2013

El vsitante



Abri la ventana,y el estaba alli, esperando.

Deje que entrara a mi habitacion, y me beso

y abrazo con amor, como lo hacia siempre.

Luego sali a caminar, y el feliz, junto a mi.

Pero de pronto...,desaparecio...

Tal vez celosas, oscuras nubes lo cubrieron,

y el sol, comenzo a llorar...

Zully

sábado, 26 de octubre de 2013

La casa en la colina

Entregado su encargo, el taxidermista descendió la ladera que separaba aquella casa de la carretera. Se volvió y creyó ver a una mujer de pelo blanco tras el cristal de la buhardilla. Fue una visión desvaída y espectral, que acentuó la desasosegante impresión que le habían producido la casa y el sujeto que le había encargado el trabajo. Dentro de aquélla, éste subía lentamente la escalera, portando con ambas manos un imponente gato negro de ojos relucientes, un magnífico trabajo de taxidermia que, por capricho o por cansancio, había encomendado a un profesional pese a que él dominaba perfectamente el arte de la momificación. La puerta de la buhardilla chirrió al abrirla y dejó ver a una anciana sentada. Fijando la mirada en sus cuencas vacías, el hombre depositó el animal en su regazo y susurró: “Toma madre, por tu cumpleaños. Con devoción y amor de tu hijo Norman Bates”.

El Manco del Espanto

viernes, 25 de octubre de 2013

CINE EN FEMENINO

La mujer nunca comprendió por qué aquel asno podrido le provocaba ternura. Tampoco se lo preguntó nunca.

**********

La abuela le contó a su nieta, en los albores de su muerte, que cuando vio quitarse el guante a aquella hembra sintió un placer desconocido hasta entonces, como si hubiera descubierto que su vida de mujer tenía sentido.

**********

El hombre se sintió vergonzosamente identificado con la mujer de la pantalla cuando la vio renunciar a sí misma, a su amor, por favorecer la vida de sus hijos.

**********

Una mujer contemplando una película de acción es un contrasentido. La mujer es la acción.

**********

Ella ha inventado un nuevo género: el cine sin muerte. Nadie quiere participar en sus películas, les parece que traen mala suerte.

**********

Gran parte del erotismo femenino quedó prendido en el humo de un cigarrillo que una hermosa mujer fumaba mirando a su amante, o a su rival, o a su asesino. El resto ya es pornografía.



Alfonso Blanco Martín

jueves, 24 de octubre de 2013

Rewind

Erase una vez la muerte. Y un novelista, y su personaje que salta al vacío del precipicio para escapar de las cuchilladas vengativas de un marido cornudo. El personaje, en su caída, se golpea contra las rocas rasga piel y huesos; alcanza la rama astillada que corta sus venas y, segundos después, impacta contra las olas donde sus ojos, náufragos, quedan a merced de los peces.

Erase una vez un personaje que ahuyenta los peces, que toma impulso en la ola que rompe y salta hasta la rama donde rebota su cuerpo hasta el borde del precipicio donde, ahora sí, se deja degollar.

http://montesinadas.blogspot.com.es/



Montesinadas

HACE MUCHO

Hace mucho de la última vez,

No recuerdo si las flores amamantaban

A sus pétalos, o si el hombre era pez,

O si la pez anidaba en mi recuerdo.

Hace mucho, mucho tiempo

Que no me emocionaba.

¿Tan fría queda la noche de mi vida?

¿Queda algo de carne sobre mis venas?

Pellizco mis sentimientos, y no lloran

Lloro sobre los libros no escritos,

Letras que no dicen nada,

Mudos versos que hablan en blanco.

Hace mucho, mucho tiempo

Que no me emocionaba.

México lindo, café, temblores,

Nombres de hombres, mujeres y niños,

Francisco, Juan Severino, Lídice y Libertad,

Amparo y Basilisa, Juan y Fernando…

Lentejas para una guerra, solidaridad y exilio.

¿Qué pasaría

Si Lampedusa estuviera en México?

¿Qué pasaría

Si río Grande fuera chiquito?

¿Qué pasaría

Si el mundo fuera humano?

Gracias, Juan C. Muñoz.

Gracias, México.



Fernand o da Casa de Cantos

miércoles, 23 de octubre de 2013

MENOS DA UNA PIEDRA

El fuerte viento de levante que había estado soplando durante todo el día se había convertido en cuestión de poco más de media hora, con la caída gradual de la tarde, en una ligera brisa, aplacando el furor de las olas hasta dejar la playa en la más completa calma. No hacía más de diez minutos que el sol comenzara a ocultarse tras las cumbres de las montañas cercanas alineadas a espaldas de la costa y sólo quedaban ya unos pocos reflejos anaranjados en el agua huyendo de la orilla a medida que eran perseguidos por las alargadas sombras de las moles rocosas.

El azul brillante y nítido del cielo iba perdiendo intensidad paulatinamente y se oscurecía, más cuanto más al este, acercándose sin prisa a esos cinco minutos mágicos en los que se funde en el horizonte con el color del mar, sin quedar claro dónde acaba uno y donde empieza el otro, cuando los espíritus se suspenden en un halo de misteriosa ingravidez y el ánimo queda sobrecogido e impresionado por ese milagro diario del atardecer en el Mediterráneo, injustamente ignorado por lo cotidiano.

Una vela blanca, lejos, muy lejos, cruzaba rozando la apenas perceptible línea del horizonte, despacio, de sur a norte, con destino incierto.

El corazón y la mente de Jorge, sentado sobre la arena, se inundaban de paz y serenidad. Aunque hoy no había conseguido relajarse del todo con la plácida contemplación del ocaso del astro rey. Incómodo, se agitaba a un lado y al otro como si tuviera el baile de San Vito. La razón no era otra que su trasnochado y minúsculo bañador tipo slip, ridículamente pequeño por donde se le colaba la arena que le provocaba irritantes picores. La talla del bañador nunca varió con los años, pero la de Jorge creció a la par que su vanidad y su obstinación en negar la evidencia. Por detrás, la exigua prenda cubría sólo una mitad y dejaba al aire la otra, sin poder delimitar si era el “cu”, o era el “lo” la peluda parte que asomaba fuera. Por delante el panorama no era mucho más halagüeño porque una multinacional cervecera se había encargado, a lo largo de décadas de profesional dedicación, de confeccionarle una gran barriga que le caía en cascada hasta casi el inicio de sus delgados muslos. Una profunda y permanente marca de calcetín rodeaba sus jilgueriles canillas dando un toque ornamental a aquella figura quijotesca. Incapaz de soportar más el picor decidió incorporarse y esperar a Marta de pie estirando disimuladamente aquel diminuto taparrabos, que por una sencilla ley física acababa menguando en el lado opuesto a donde recibía el tirón, dejando asomar, para desasosiego del resto de bañistas, sus precarios atributos, que mejor hubieran debido permanecer ocultos.

Marta había sido su novia en el barrio hacía ya un montón de años. Una delicada preciosidad, recordaba Jorge, por la que había despertado muchas envidias durante el tiempo que había durado aquella rel ación. Aunque por circunstancias de la vida cada uno acabó tomando un derrotero diferente. Ahora, en el otoño de sus vidas, divorciados ambos, se iban a reencontrar tras haber contactado virtualmente en Facebook, la gran fábrica de mentiras. ¡Quién sabía! Quizás, tuvieran ocasión de retomar aquello que habían dejado hacía ya muchos lustros…

Un frisby desorientado, estrellándose contra su baldía coronilla le sacó violentamente de sus pensamientos. Jorge, conmocionado, giró la cabeza mientras se la rascaba buscando a su agresor pero una mole flácida y celulítica con cara de mujer sustentada en dos gruesas y uniformes columnas a modo de piernas, le tapaba todo el campo de visión. Un bikini talla XXL sostenía a duras penas sus desbordantes lorzas. Devoraba más que comía un grasiento bocadillo de panceta y dos hilillos de pringue se deslizaban despacio desde la comisura de sus labios. La sorpresa inicial de Jorge se transformó en decepción cuando cre yó adivinar, tras aquella abotargada cara de la que colgaba una gran papada, un rostro vagamente familiar.

- ¿…..Mar….ta…..? – Consiguió balbucear - ¿Eres tú?

La mujer, a su vez, no perdía detalle admirando el bañador de su interlocutor completamente alucinada. Al cabo de un tiempo, quizás porque aún recordaba aquella prenda aunque no en un cuerpo tan maltratado por la vida como aquel, quizás por alguna otra misteriosa razón, reconoció a Jorge.

- ¡Jorge! ¡ Por Dios! – Exclamó Marta escupiendo involuntariamente unas migas de pan - Estás…estás…¡Cómo estás! ¿Pero qué te ha ocurrido?

- ¡No te jode! Pues anda que tú…– replicó Jorge herido en lo más íntimo de su orgullo - ¿y a ti? ¿qué te ha pasado a ti?

Tras un primer minuto de shock se miraron, se inspeccionaron de arriba abajo, haciendo un exhaustivo inventario de desperfectos, se lamentaron de lo cruel que podía llegar a ser el paso del tiempo, y, final mente, con mentalidad pragmática se conformaron con lo que había, aunque no fuera mucho. La vida, con más saña que gusto, les había acabado modelando sin consideración, pero, ¿Por qué no? ambos, en algún rincón de aquellos maltrechos cuerpos anhelaban encontrar al ser que otrora habían conocido y del que habían sido capaces de enamorarse y, con un secreto y desesperado deseo de recuperar tiempos mejores, o quizás de volver a sentirse jóvenes, comprendieron, rieron, se dieron la mano y disfrutaron de un largo paseo a lo largo de la orilla de la playa poniéndose al día de sus vidas.

Cándido Macarro

LA MÁS TIERNA HISTORIA DE AMOR Y SEXO JAMÁS CONTADA

Doblé la esquina, ensimismado como iba en mis pensamientos.

Inesperadamente, la vi.

Mi corazón dio un vuelco y comenzó a latir aprisa, trastabillado. Nuestras miradas, atrayéndose la una a la otra como potentes imanes, acabaron cruzándose y entrechocando estrepitosamente como los sables de dos maestros de esgrima.

Una chispa saltó cuando me zambullí en la profundidad de sus ojos, enigmáticos, misteriosos, lascivos. Una chispa que prendió un voraz fuego que, inevitablemente, acabaría consumiéndonos entre sus llamas.

Me vino a la cabeza, húmedo y lujurioso, el recuerdo de nuestro maravilloso y tórrido encuentro. Ya había pasado un año pero continuaba grabado a fuego en mi mente. Ella, yo, solos y desnudos, cuerpo contra cuerpo, entregados al placer de la carne en una orgía animal y desenfrenada.

Sé que ella, justo en el mismo instante que yo, también lo recordó estremeciéndose.

Sin embargo, las cosas habían cambiado. Allí estaba en lo alto de aquella escalera.

Y no estaba sola.

Yo… no acababa de comprender.

¿Qué podía ofrecerle aquel hombre que no pudiera yo entregarle con creces?

Las notas de un pasodoble se escuchaban desde algún lugar indeterminado de la calle.

Todavía te añoro, Jacinta.

¡Qué nombre tan extraño para una cabra!



Cándido Macarro

Fusiones ligeras

En el cuadrilátero inventado, con calzones negro y blanco, se enfrentaban el tú y el yo. Ambos, como simples átomos, en una búsqueda sin brújula de un núcleo más pesado, más denso y de mayor peso atómico.

Cada uno en su rincón escucharon la campana del primer asalto, desde su escala y su visión. Desde su entidad incuestionable y la conciencia real de sus talentos y sus limitaciones.

Los polos opuestos a veces se atraen, sabiendo de antemano que hay bailes de iones donde las suman no suman, pero asumieron el riesgo de la resta.

Los átomos enredados en un puzzle de amor, devinieron en lances de miradas incendiarias, en acercamientos cuerpo a cuerpo, en rendiciones sutiles y en victorias perecederas.

Cuando se produjo la fusión, con la energía liberada, cayeron a la par las toallas blancas al centro del ring.

El sobrecalentamiento del tú y del yo, produjo en las gradas un olor a expectativa inconclusa, un silencio sideral a intento falli do, que no rompió la promesa de nuevos contrincantes que bailaran el son de las fusiones donde alcanzar un empate técnico entre unos egos donde quepan por igual tu tú y mi yo.



Anónimo

domingo, 20 de octubre de 2013

A las tetas o pechos tuyos..

Me sonrojan y vuelven loco, te quiero,

y no por ellas y sí por el resto,

quitaría de un bocadillo diario (si lo comiese a diario)

me quitaría de diez gripes por tus pechos o tetas,

te amo sin ellas, te quiero con ellas.

Mujer que alimentas por primordial al Mundo,

sin tí, amor, sin tí ¿Qué leches seríamos?

Nada más hermoso que una madre a su vástago,

yo embobado pienso; ¡ahí está! el todo del Universo;

yo he llorado por ver a un bebe comer de tí,

yo he llorado por ver a un bebe hacerte llorar de amor,

yo he llorado por ver como un bebe infructuosamente

quiso abarcar tanta hermosura,

yo he llorado cuándo tuviste miedo de todo ello

por perder ese todo que he llorado.

Y no te quiero amor, te AMO, amor, pese haber perdido

mi disfrute y su alimento.

Tus pechos o tetas están en tus ojos, en tus manos,

en tus caderas y tobillos. Están en tu sonrisa, en el cariño,

y en las voces de arrullo. Tú, amor mío, eres pechos o tetas

del mismo modo que la estrella sol nos vive y da VIDA.

Me sonrojan y vuelven loco, te amo,

y no por ellas y sí por el resto.

Lucha amor mío, no por mis deseos y vicios, gana a la vida

tu propia vida, y a cuenta, con o sin ellas o ellos

siempre serás la mayor de las hermosuras.

Una flor no deja de serlo tras perder sus pétalos, eres fragancia,

el aroma del Universo, y te amo, tanto como lloras por sentir

a tu vástago prendido o no de tu pecho.

Ramón María

sábado, 19 de octubre de 2013

Microteca-1

El libro, ópera prima de ese autor primerizo, tembló de emoción cuando lo acomodé entre Dino Buzzati e Italo Calvino. Aún intenta esconder su lomo, avergonzado.

country49

Se despertó

Se despertó con ganas de orinar. Afrontando la oscuridad y el miedo saltó de la cama, agarró su osito de peluche y, abrazándolo, avanzó aterrorizado por el pasillo. Pensó en mamá con devoción, pero sabía que papá no le permitía despertarla. Entró al baño y encendió la luz. La claridad y el aflojar de esfínteres le brindaron un bienestar momentáneo.



Salió otra vez al pasillo y al pasar por la cocina escuchó el zumbido del frigorífico. Recordó el tarro de mermelada en su interior y entró a buscarlo. Allí estaba, pero bajo la luz blanquecina había algo más. Envuelta en una bolsa de celofán, la cabeza ensangrentada de papá le miraba fijamente.

Quiso correr, pero sus piernas estaban enterradas en el suelo hasta las rodillas. Entonces se abrió la puerta del dormitorio y entró papá. “¡Despiértate, perezoso! ¡Veamos esas sábanas, a ver si hoy están secas o mojadas!”.



El Manco del Espanto

viernes, 18 de octubre de 2013

Se despertó

Se despertó con ganas de orinar. Afrontando la oscuridad y el miedo saltó de la cama, agarró su osito de peluche y, abrazándolo, avanzó aterrorizado por el pasillo. Pensó en mamá con devoción, pero sabía que papá no le permitía despertarla. Entró al baño y encendió la luz. La claridad y el aflojar de esfínteres le brindaron un bienestar momentáneo.



Salió otra vez al pasillo y al pasar por la cocina escuchó el zumbido del frigorífico. Recordó el tarro de mermelada en su interior y entró a buscarlo. Allí estaba, pero bajo la luz blanquecina había algo más. Envuelta en una bolsa de celofán, la cabeza ensangrentada de papá le miraba fijamente.

Quiso correr, pero sus piernas estaban enterradas en el suelo hasta las rodillas. Entonces se abrió la puerta del dormitorio y entró papá. “¡Despiértate, perezoso! ¡Veamos esas sábanas, a ver si hoy están secas o mojadas!”.



El Manco del Espanto

ACTOS AMARILLOS

Hay actos entre amantes que se asemejan a esos peces crudos, cortados con precisión y bien aderezados que los japoneses convierten en sensuales seducciones.

Hay actos entre amantes que recuerdan a la comida cantonesa: variados, agradables, equilibrados, festivos y que dejan abierta la puerta a la renovación del deseo.

Hay actos entre amantes que parecen platos de la cocina al estilo sichuan: plenamente picantes y satisfactorios, sorprendentes aunque se basen en recuerdos conocidos.

Hay actos entre amantes que son como la degustación de un pato pequinés: el cadavérico pato no es atractivo, pero una vez cortado, envuelto un pedazo en una tortita, acompañado de aderezos vegetales y de una espesa y dulce salsa, se transforma en un bocado inigualable que invade los sentidos y deja rastro en el recuerdo.

Y hay actos entre amantes que expresan la universalidad de la satisfacción que produce la ingestión del contenido de esos grandes boles orientales de so pa repleta de ingredientes tan variados como aparentemente contradictorios entre sí, pero que resuelven sus diferencias gracias al sabroso caldo que los unifica.



Alfonso Blanco

jueves, 17 de octubre de 2013

Punto y Final

No me gustó que me llamara “sintagma nominal”. Me lo soltó con ufanía atirantando el sonido fricativo característico de su dialecto.

Que fuera la frase principal no le daba derecho a insultarme.

“Eres un traidor”.

“Pero cariño, ha sido sólo un escarceo. No me gustan las subordinadas. Siempre dóciles, dependientes y acompañadas a cada instante por esas malditas partículas. La chismosa conjunción tuvo la culpa.”

Pero de nada sirvieron mis argumentos, su raíz enrojecía de celos. Buscaba palabras justas a la altura de la ofensa, pero le faltaron sufijos.

“Ojalá fuera frase de otra lengua. Eres un simple sujeto, no eres nadie sin mí.”-me decía acercándose a mis vocales y lanzando por su mirada tildes afiladas-“Yo te otorgo el don de la acción y del ser y en este mismo instante te convierto en elíptico.”

Y ante la amenaza, me vi obligado a clavarle un punto final en el verbo.



Montesinadas

miércoles, 16 de octubre de 2013

Espejismo

La vida es como un espejismo, la única diferencia es que al ser real somos nosotros los que al suponer alcanzarla, desaparecemos.

http://migueldiazmiron.blogspot.mx

Miguel Díaz Mirón Keusch

martes, 15 de octubre de 2013

Cine Extranjero

Lo que da más miedo de una película de terror extranjera es oírla doblada al castellano.

http://migueldiazmiron.blogspot.mx

Miguel Díaz Mirón Keusch

viernes, 11 de octubre de 2013

Historias para no dormir

Resistía el esqueleto de madera, mecido por el viento que silbaba fuera. La luna había sucumbido a la oscuridad de un atardecer azabache. Resistía estoica entre la bruma que nos engullía, la cima de un risco que se precipitaba al vacío desde las alturas.

Chirriaba con fuerza el marco de la ventana y se precipitaban las gotas condensadas en el cristal. La lluvia ya ensordecía el silencio que buscaba y quebraba la noche la silueta de un rayo. Levanté la vista; todo iluminado un instante, y luego; oscuridad tan solo.

Me volví, y dejé que la inmensa nada de la habitación me cegase. Tan solo se distinguían escondidos en el reflejo de las luces de la tormenta, los escasos muebles que abarrotaban la estancia. De repente, una vela en la mesilla. La llama bailaba delicadamente al ritmo de mi respiración agitada; desaparecía su reflejo, y ascendía de nuevo, vencida la timidez de aquella sensación que me embargaba. Alargué la mano, como si pudiera atrapar la l uz que me rodeaba, pero no encontraron mis dedos la calidez de su reflejo, si no el suave tacto de unos labios.

Mi mano se perdió en la comisura de sus senos y la sombra de su cuerpo dibujaba sus contornos en mi pecho. Se estremeció la cama con el peso de nuestros cuerpos abrazados, mientras su boca en mi cuello, mis manos en sus piernas, la colcha arrugada, su pelo entre mis brazos, su respiración entrecortada, la mía inexistente, su cadera entre mis muslos, sus mejillas y mis labios, sus uñas en mi espalda, urdidas las yemas en mi pelo, mis te quiero inaudibles y entre todo: la luz de una vela que se desvanecía consumida.

Llegó a apagarse ahogada por la cera que desbordaba el candelabro. Yo caí sobre ella y sus manos se desplomaron en mi espalda. El humo que aún brotaba chocaba con el límite del techo y la tormenta había desaparecido.

Antes caer vencido por el sueño, le susurré al oído una palabras que yo hoy ya no recuerdo y que ella, jamás ha olvidado.

Alvaro Varela

jueves, 10 de octubre de 2013

Cuando no estabas aqui

Hoy tan solo necesito un instante de tu tiempo, el pretérito de unos ojos que me hacen soñar, una calada de tus labios, una explicación equivocada de amor, un beso interminable que me devuelva la pasión... el espejismo de tus pasos en la estación, y embargado por el humo que te empujaba lejos de mí, musité en voz baja: "nada puede ser más cruel que intentar vivir si ti"

Alvaro Varela

miércoles, 9 de octubre de 2013

Lampedusa

Se suceden imágenes capaces de helar mi frente, la oscura boca del día abre sus fauces y de a miles caen astilladas las aves, como pupilas abiertas bajo las aguas que fueron llovidas. Se hace tarde, muy tarde. En las entrañas del mar estaciones repletas de almas esperan el tren a ninguna parte. Cantos de parpados cerrados son ahogados en el abismo sin aire, ni vientos. Se suceden imágenes y silencios ante el inmovilismo de estériles egos, como luz para el ciego. Se nos oscurecen los sueños, como a ellas, como a todos ellos. Silencio. Bajo el Mediterráneo existe un bosque de pensamientos afilados, oscuros árboles cosechan sueños, enraizadas almas claman luz al día que una vez fuera, y nada escapa, nada escapa a la boca de las sombras.

Ramón María Vadillo

martes, 8 de octubre de 2013

LAS DOS EN PUNTO

¿Qué hora es?

Las dos en punto.

¡Vamos corriendo,

Risa barrunto!

Los dos estudiantes

Alameda arriba,

Las irmas Fandiño,

Alameda abajo.

¡Qué poco trabajo

Cuesta a los niños

Echar unas risas!

¡Maruxa, adelante!

Ven que te coma,

Boquita parlante.

Mi mano te soba,

Culito estudiante.

Los chicos ríen,

Aquellos se dejan.

Las irmas ríen.

Pero no se dejan.

Coralia ríe.

Nadie la veja.

Maruxa ríe.

Ella no es vieja.

Horroroso Monte Pedroso

Angelical Plaza Toral,

Alameda siempre queda.

Compostela teje telas,

Dos Marías tienen estatua

Genial homenaje final.



Fernando da Casa de Cantos

lunes, 7 de octubre de 2013

DESPEDIDA (y II)

Disfruta, disfruta siempre como yo he tenido la suerte de hacerlo viéndote disfrutar, viendo que le sacabas el mayor partido posible a la vida desde que eras pequeña. ¿Te acuerdas de nuestros juegos? Sólo viendo tu cara cuando yo inventaba la más mínima tontería para ti se me llenaba la imaginación de cosas que hacer juntos. Ya sabes que soy un poco solitario, que no cambio mi soledad por nada, pero desde que tú naciste estás en mi soledad y eso me gusta. No puedo estar más contento que sabiendo que te has hecho tu propio camino, continúalo por favor, y salte de él cuando quieras y puedas, que no te marque la vida ni tu propio camino. Bueno, me callo, no necesitas consejos, eres una persona, una mujer, un ser que tiene algo que hacer y que decir, algo tuyo, y no puedo pedir nada mejor para tu vida. Me ha alegrado y fascinado poder compartir contigo la construcción de esa forma de vida que tú misma te has creado, tu vida, el mejor recuerdo que ahora tengo. Te qu iero todo. Eres mi felicidad.



Alfonso Blanco

DESPEDIDA (I)

No llores, bonita. Mira, yo ya he cumplido mi ciclo vital, lo sé. Estoy aquí en el hospital con este proceso que tú y yo sabemos a donde conduce y ¿sabes? no estoy triste, no puedo estarlo porque tu existencia me ha hecho feliz. Claro que te produce tristeza que yo no vaya a estar, y me gusta significar algo en tu vida, pero no quiero que cuando yo ya no esté y pienses en mi estés triste, quiero que pienses en todos los momentos de alegría y felicidad que me has dado, que me has regalado aún sin saberlo. Calla, calla, por favor. Te he dicho muchas veces que no me das más que alegrías y ese es el resumen de lo que siento por ti. Espero que cuando te venga a la cabeza mi imagen veas a tu padre sonriente, sonriente por nada, sonriente por tu existencia, por tu descubrimiento de la vida, por tu ilusión, por la dureza de algunas decisiones a las que te has enfrentado, por el cariño gratuito que te tengo y que sé que me tienes, por tu parecido conmigo, por tu falta de parecido conmigo, por tu radicalidad, por tu bondad, por tu simpatía, por tu humor, por tu intransigente búsqueda de la justicia, por tu capacidad de disfrute.

Alfonso Blanco

domingo, 6 de octubre de 2013

Lamentaciones...

He escuchado que los trabajadores españoles, han perdido en tan solo cuatro años, lo que ganaron en todo el siglo XX.

Con todo lo que está ocurriendo en este país corrupto…si 40 millones saliéramos a protestar, en lugar de dormir siestas y ver tele-sofá, quizá no estaríamos perdiendo nuestros derechos laborales y sociales y España no viviría una recesión hacia el tiempo de los cincuenta, con sus miserias y hambrunas…

Preguntémonos porqué no salimos a las calles a protestar ¿Realmente no vemos la luz al final del túnel? ¿Sabes que aunque acabe la crisis económica, el país habrá quedado empobrecido, huérfano de prestaciones sanitarias, servicios de educación, cultura? Los gobiernos desean ver al pueblo así, débil, necesitado, iletrado, desnortado…para acatar sus leyes mezquinas e inhumanas…La realidad es esquiva hacia los intereses del pueblo, pero precisamente lo es porque, éste no quiere verla y la disfraza de oropeles… ¡Asume c on conciencia y coherencia lo que ocurre a tu alrededor ¡



Kim Bertran Canut

Pequeñas Antillas ( II parte )

Satíricos miembros erectos fecundan los violentados vientres que en un dionisiaco futuro albergará los infiernos dantescos del caribe y las áfricas… ¡ay África! Que estás en los cielos (y en EEUU, Madrid, Barcelona, Londres y París). No ha servido de nada la arena depositada en las entradas de los aposentos indígenas, esa popular creencia de que los ángeles caídos, maléficos, rebeldes, pecadores no traspasarán los umbrales sin haber contado uno por uno cada grano de arena… ¿calmar a los espíritus con religión?... ¡OH, Dios! Cuan desafortunados los que yacen sin fe.

Bolsillos vacíos, cuartos menguantes…griterío clama desconcierto, reunión de masas, politiqueros parlanchines, brujos, curanderos y tribus de médicos ineptos. Parafernalia danza de la muerte, aguardiente, santeros y sus cultos ruinosos…enfermos ¡joder, si no hay un puto hospital!...corazón, mente, alma, al amanecer duerme el exorcismo y la tormenta amenaza con furia divina…ente rrados bajo sus fuegos, los amerindios colonizados lloran, suspiran, oran a las saetas del olvido.



Kim Bertran Canut.

Pequeñas Antillas



Plantaciones de cacao, caña de azúcar y oro verde (banana)…tránsito por las calles estrechitas de adoquines infectos, blenorrágico. En la plaza del pescao, Zanba el demonio juega al Kou Kou djèdjè…letras quemadas leídas en papel limón con estupefacción…los almacenes con tejados de aguilón de curaÇao permanecen tapiados con un rito sangriento. En sus puertas coloreadas de ténebre oscuridad, los aires ventean huracanados. Asusta el temblor, el eco indeciso, unánime imagen de recelo. Las aguas altivas de los mares se alzan empuñando lengua asesina que engulle a sus presas, devolviéndola a las fauces de sus orígenes más ancestrales.

Antes de la rebelión los fantasmas duppies ofrecen “un petit marronage” a los criollos prietos, blancos o trigueños que bailan y componen músicas con viejos barriles de petróleo, con patas de conejo en las bocas y gallinas descuartizadas.

Se mestizan los cacerolas de acero ( steel pan) con el soca, raggasoca y calipso…el cimarrón vocifera un papiamento isleño, prenden las hogueras y los poseídos, desnudados por mister Vaudou, enloquecen y gozan de sus flácidas carnes grotescas, pigmentadas de lujuria. Satíricos miembros ere

Kim Bertran Canut

Informática Forense

Seleccionado este mes para el Concurso de Abogados.

Casi en el ocaso de mi carrera profesional se presentó en mi despacho el accionista de una de las mayores empresas del país.

-Se acabó la fiesta y el jolgorio-me dijo, mientras se acomodaba en la silla. Este caso, a partir de ahora, tendrá carácter preferente para usted.-Y me puso sobre la mesa una memoria usb con el logo del partido.

-Ahí dentro, está capturada la evidencia del delito. Pura cirugía informática. Hemos entrado hasta la cocina.-prosiguió-Ha sido extraída la información donde se demuestra la titularidad compartida de la cuenta bancaria con los más sonados líderes de la cúpula del gobierno. Y ya, de paso, hemos detectado conexiones ilícitas con la mafia internacional y con representantes de Comunidades Autónomas. Todo está ahí. Y nada de ir a la policía.

-¿Pero, cómo puedo ayudarle?-Le pregunté perplejo.

-Ganando el pleito que el PC nos ha puesto por allanamiento de morada.

Montesinadas

viernes, 4 de octubre de 2013

EL DÍA EN QUE DEJÉ DE VER

El día en que dejé de ver

Me pareció el día más triste de mi vida.

Colores, sonrisas, guiños y expresiones

Desaparecieron.

¿Qué haría yo sin disfrutar

De un amanecer, de un ocaso,

De un Velázquez, de un paisaje,

De la carita de mi niña, de la belleza?

Pero podía haber sido peor.

El día en que dejé de oír

Me pareció el día más triste de mi vida.

Cantos, trinos, sinfonías y alegrías…

Silencio.

¿Para qué llorar, si no me oigo?

¿Para qué gritar, si no me escucho?

¿Para qué cantar, si desafino?

¿Qué dices? No te escucho.

Pero podía haber sido peor.

El día en que dejé de amar

Ese sí que fue el día más triste.

Pero no de mi vida.

Estaba muerto.



Fernando da Casa de Cantos

Pequeñas victorias

Y en lugar de la casta y orgullosa flor de lys llevaban la más modesta de todas las flores: la violeta.

Ese era su estigma; una humilde flor bordada en la corbata del uniforme les convertía en los proscritos de las aulas, en los despreciados becarios.

Para sobrevivir en aquel mundo de pijos había que observar una regla de oro; no molestar a los ricos.

Pero llegó la fiesta de final de curso. Ese año le tocó participar en el juego de la cuerda, así que cuando llegó su turno la asió con desgana.

Todo cambió cuando vio que el capitán del equipo contrario era Jorge, el niño que más chulo y cruel de la clase, para complicarlo todo, animando a Jorge estaba su hermana dueña de unos ojos como estrellas.

Así que tiró y tiro. Tiró con los ojos cerrados, notando el sudor en la espalda.

En un último y supremo esfuerzo, apretó los dientes y volvió a tirar.

Y funcionó, vaya si funcionó. Sintió como si un castillo de naipes se desmoronara y la cuerda cedió sin esfuerzo. Abrió los ojos y vio a los heráldicos tumbados en el suelo, humillados

Luego miró hacia ella. Y vio como le miraba con admiración, En ese momento sintió que pasara lo que pasara mañana, él era el niño más afortunado del mundo.



desasosegada

jueves, 3 de octubre de 2013

ZOILÓGICO

En la jaula del amor el macho y la hembra viven de espaldas.

En la jaula del vicio la manada sólo come fruta.

En la jaula de la política los machos llevan siempre las manos en las orejas y las hembras andan preocupadas de puntillas.

En la jaula del hambre una manada lapida constantemente a otra.

En la jaula de la alegría se desinsectan a cabezazos.

En la jaula de la pasión ríen con lágrimas.

Los simios están aburridos de ver siempre las mismas actitudes humanas en las jaulas y se están planteando construir un horno crematorio para los humanos que termine con sus apestosas prácticas. Después plantarán en el lugar un bosque para que jueguen sus hijos.



Alfonso Blanco

lunes, 30 de septiembre de 2013

EGOÍSMO

No sabes lo que quiero.

¿Lo quieres?

No puedes saberlo.

Si tú supieras lo que yo sé,

No sabrías quererlo.

Te enredas en mis pensamientos,

Me peinas dulcemente las ideas.

¡Ay! Me duele tu maraña sedosa,

Pienso que enredas adrede.

Tampoco sé lo que quieres.

No lo quiero.

No sé saberlo.

Si supiera lo que sabes,

No me importaría.



Fernando da Casa de Cantos

domingo, 29 de septiembre de 2013

Y entonces, surgió el amor

Pensé dejarla un bonito día de verano, eran las fiestas del pueblo, la gente se paseaba por las calles con sus disfraces de felicidad, el olor a mar se colaba por entre las aletillas nasales y te hacía cosquillas en el espinazo, la laxitud del tiempo detenido en la siesta invitaba al sopor de la modorra en un sofá compartido por dos cuerpos sudorosos. Estaba radiante con su vestido de flores cuando me dijo alegre -Venga, vamos a la verbena.

Me pareció muy cruel sumirla en un drama entonces, "no puedo hacerle esto ahora, esperaré al otoño". Y llegaron los días grises y las primeras lluvias, el olor a tierra mojada, eucalipto y mar húmedo empapó todo con la inmensa belleza clásica del Mediterráneo, me pareció que aquella dulce melancolía agravaría aún más su duelo. "No puedo hacerle esto ahora".

(El siguiente enlace es altamente recomendable, el relato puede pasar perfectamente inadvertido; acompañar lectura de: http://www.youtube.com/watch?v=WWiqte u9WCA)

M.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Nunca he soportado al viejo

Nunca he soportado al viejo. Me lo repito mientras las pisadas de mis botas y las de mis camaradas resuenan en la madrugada, camino de nuestra misión de esta noche. Nunca soporté sus charlas sobre democracia, decencia y derechos humanos.

Con el tiempo me he dado cuenta de que lo que de verdad nunca le perdoné es que mi madre muriera en aquel coche conducido por él. El viejo quiso llenar el hueco que ella dejó, pero no supo o no pudo. En realidad yo no le permití hacerlo. Después presenció con tristeza mi inclinación violenta y mi radicalización política, hasta que el triunfo de los míos acabó de hundirle.

Ahora subo esta escalera, llego hasta esta puerta y la golpeo con estrépito. Aparece un hombre demacrado que me mira sin sorpresa, como alguien que aguarda una consumación.

Yo me limito a decir: “Acompáñanos, viejo. Venimos a por ti”



El Manco del Espanto

viernes, 27 de septiembre de 2013

Mi Bebé 2.0

Aunque escrito en enero para REC, rescato ahora "Mi bebé 2.0" porque ha sido seleccionado como relato inspirador para el "I Certamen de Microrrelatos de Mercado Actual".

Un concurso de micros centrado en el mundo de las nuevas tecnologías, internet.. etc.

Mi bebé 2.0

Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel. Le han abierto una nueva vía para instalarle el WhatsApp, otras vías abiertas llevan ya días descargando la última versión de Spotify que baja realmente rápida, el nuevo sistema operativo Android 4.0 - “Siempre fuimos contrarios a la secta de la manzana”- y cómo no, en el microchip implantado en el vástago del cerebro viene ya preinstalado un potente buscador y el acceso a todas las plataformas de redes sociales.

Lo último de lo último.

Nada más abrir los ojos, lo primero que ha hecho es mover el pulgar y enviar un “Me gusta” a sus abuelos.

¿No es divino?

Montesinadas

martes, 24 de septiembre de 2013

CARPE DIEM Siglo XXI

(Posible carta de Iñaki a Cristina)

Tú no indagues, Cristina -vedado está saberlo-

qué fin hayan de darnos a ti y a mí los dioses,

ni consultes los números babilonios. Mejor

aceptar lo que viene, sean muchos inviernos

o éste el último en que Júpiter nos concede

ver cómo el mar Tirreno gasta las tercas rocas.

Sé sabia, sirve el vino y ajusta a un breve espacio

las largas esperanzas. Mientras hablamos huye de

la edad: ¡goza este día! Nada cierto hay mañana.



Fernando da Casa de Cantos

Metafísica lineal

Matilde R. (diecisiete mil puntos, habitante de una hoja en blanco, página cuarta del cuaderno, tinta azul) es una línea cualquiera de trazo más o menos firme que progresivamente —punto a punto— repta hacia el margen derecho del bloc. Matilde repasa a menudo con añoranza su vida desde allá sus primeros puntos cerca del borde izquierdo de la hoja hasta llegar al momento actual, próximo a la orilla derecha de la página. Lánguida y relajada deja que su memoria repase morosa las hondonadas y cúspides que conforman su recorrido tendencialmente horizontal. Sin embargo, su mayor preocupación ya no es que su cuerpo de puntos azules deje de alargarse, sino esos abismos vacíos y blancos a izquierda y derecha —los márgenes— que nunca alcanzará ni comprenderá. La certidumbre de su ignorancia le produce constantes escalofríos que se extienden a lo largo de todo su cuerpo y que no cesarán hasta que llegue su definitivo y azul punto final.



La lengua salvad a (Mikel Aboitiz)

lunes, 23 de septiembre de 2013

Historias de Rompe y Rasga

En la contratapa de mi libro HISTORIAS DE ROMPE Y RASGA aparece el texto que dice:

“La forma ancestral de perpetuar las memorias de los acontecimientos importantes fue desde el principio de los tiempos el cuento. De padres a hijos, de generación a generación los cuentos se fueron haciendo historia. Mis Historias son de Rompe y Rasga porque son de todos colores y sabores, las hay hasta de temple erótico. Son de amor, de ilusiones y amarguras, de triunfos y derrotas. Son cuentos que la imaginación fue captando a lo largo de mí caminar por esos mundos llenos de tradiciones y lindas mujeres. Hace años, mi oficio fue narrar mis viajes y aventuras en forma de reportaje para revistas. Aprendí así el ritmo del cuento corto. Aquí reúno muchos de la “era del lápiz” con los más recientes.”

El Autor

en http://www.amazon.com/dp/B00DX8ZXMQ



Alfonso Tirado

sábado, 21 de septiembre de 2013

EL PRINCIPE AZUL

—Si yo fuera tu marido no podría mirar a otra —Y sus brazos rodearon mi cuello.

—Si yo fuera tu marido te adoraría de día y te amaría de noche —Y sus labios me besaron.

—Si yo fuera tu marido daría consuelo, y no reproches, a tus llantos — Y sus manos me desnudaron.

Ese era el amor que ofrecía a Eva.

Y a Julia.

Y a María.



DavidRubio

REFLEXIÓN

Quizás lleve demasiado tiempo parada, demasiado tiempo sin ver ni oír.

O tal vez me haya quedado sola, busco dentro de mí, pero no me encuentro y quiero salir de donde quiera que esté.

Trato de imaginarme en otro mundo, pero como no conozco ninguno, solo puedo tratar de crearlo expresamente para mí.

Al final me reconozco, reflejada en el espejo de mi habitación, las cicatrices interiores no se ven y me quedo mucho más tranquila no quisiera ir por ahí expuesta a todos.

Me doy cuenta al cabo de unas horas que no estoy sola, salgo al salón y le veo dormido como un bebé, tumbado, con la baba colgando y con la mano en el paquete, me relajo respiro hondo y me pongo a su lado, este es mi mundo y aquí quiero quedarme.

Cierro los ojos y a los pocos minutos estoy babeando igual que lo hace él.

rosa i.y

jueves, 19 de septiembre de 2013

A tí Luna mía, te enseño el culo

Hoy estás de suerte Luna mía, o no, te enseño el culo, te canonizo memoria del Mundo -y mi culo también- no es ni mucho menos burla o desprecio Luna mía, te enseño el culo Luna llena, por que dicen que da suerte -imagina como me va- Luna, Luna amor mío. Hoy mi culo es noticia para mi y la Luna también, blanquecino culo, sin granos, ni rojeces -me he mirado- más pareces un culo sin vida ¡Qué palidez! -me dice- Nunca hasta hoy miré mi culo, ¡Oh Luna! bendice tan parecido, el mío, contigo. Tú que mueves mareas, yo que atormento los cielos ¡Simbiosis! dirían algunos, yo lo llamo amor, amor. Te quiero mi pedorra, ah no, ese soy yo. He adelgazado cariño, tengo el culo como por tener, en éstos versos me avergüenza cagar.¡Joder! con lo bien que hueles, que mal te trato, pero te quiero Luna llena mía, -no denuncies a mi ingrato culo- soy tu culo, nalgas y ano. ¡Acaso tuviste alguno! No me elegiste en éste absurdo versar, lo sé, presto me voy preso por enseñar el culo a la Luna llena anaranjada,¡Toc, toc! llaman a la puerta Luna, te dejo. ¿Qué quiere usted, ertzaintza de los cojones? ¡Pero mire como a puesto al Mundo y la Razón, pedorro de mierda! Cálmese usted agente, y hablemos de primave.

Ramón María

VOYEUSE

Estimado vecino:

Hace tres semanas, mientras me vestía tras tomar una ducha, usted tuvo a bien observarme desde su ventana, la que se encuentra en frente de la de mi cuarto, a la par que introducía su mano en los pantalones del pijama. Dado que ni yo cerré mis cortinas ni usted se retiró a una intimidad más propia de la actividad a la que se dedicaba en aquellos momentos, estuve esperando una semana por ver si recibiría de su parte algún tipo de compensación por el placer que supongo obtuvo en aquellas circunstancias, cosa que usted como yo sabe que no ocurrió.

Le escribo esta nota con el fin de que tenga una explicación de lo que puede observar desde hace algunos días en mi ventana. He instalado unos cristales que para usted son un espejo pero para mi son completamente transparentes. Ha sido caro, desde luego, pero su actitud lo merece; tengo entendido que los onanistas disfrutan contemplándose en el espejo mientras se dedican a sus trabajos manuales, a sí que no dude en aprovecharlo. Entre tanto, no se olvide que puede que yo lo esté contemplando, así que haga el favor de afinar sus actividades.

Aquí se despide su, a partir de ahora, "voyeuse" particular.

Alfonso Blanco

Quiere y no puede

Acudió a hacerse la foto de carné para renovar su pasaporte convencido de que, por su recién adquirida condición de vampiro, ningún objetivo lograría captarle.

Se sentó ceremonioso en el taburete, pero sin querer dar pistas sobre lo que iba a ocurrir. El fotógrafo empezaría a hacerse preguntas justo después de disparar y comprobar en el visor de la cámara que no había imagen alguna de aquel individuo. Entonces, solo entonces, quizá le mostraría sus colmillos e inyectaría de sangre su mirada.

-Incorpórese un poco más, por favor. Un, dos, tres... ¡Disparo!

No sonó ningún clic, no parpadeó ningún flash ni se produjo efecto alguno. "¡Caray! No había imaginado que mi poder vampírico fuera tan espectacular", pensó.

-¡Menudas fotos voy a sacar así!- dijo el fotógrafo antes de quitar la tapa del objetivo. -Ahora sí, sonría.

X

miércoles, 18 de septiembre de 2013

BEATUS ILLE (Siglo XXI)

(Posible discurso pronunciado en Davos)

“Dichoso aquél que lejos de las hipotecas,

como la antigua raza de los hombres,

dedica su tiempo a trabajar su herencia,

libre de toda deuda,

y no se despierta con el toque de móvil amenazador,

ni tiene miedo a los ataques del Banco,

evita la fiesta y los soberbios palacios

de los políticos poderosos.”

Mientras Botín, usurero,

estas cosas relata,

mediado el mes, recoge su dinero,

y de ser rústico trata;

mas luego, a las kalendas,

lo vuelve a dar a usura sobre prendas.



Fernando da Casa de Cantos

martes, 17 de septiembre de 2013

Frank o Tirador

El fracaso a veces conduce a intrusas decisiones en el orden que la razón pretende imponer. Ante la pérdida de sus expectativas presentes y futuras -las pasadas se extraviaron entre calamidades- Frank Guddey se transformó en francotirador. Francisco Buendía, oriundo de México, mudó su nombre y apellido al inglés de la mejor manera que supo. Su experiencia con las armas se reducía a la vil muerte de algunos pajarillos con un rústico tirachinas en su infancia. Adquirió un rifle de asalto y una generosa dosis de munición con la facilidad de quien compra una lata de conserva; siguió las instrucciones para cargar el arma y ni siquiera intentó probar su eficacia. Se dirigió hacia el primer centro comercial que encontró y desde su propio coche apuntó y disparó a bulto hacia la maraña de personas que entraban o salían. El retroceso del rifle desplazó violentamente su cuerpo hasta el asiento del ocupante y todo el cargador se vació dentro del vehículo no quedando indemne un solo cristal de ventanilla. Frank, con su rostro desfigurado por el pánico y el hombro dolorido, salió con las manos en alto esperando que alguien esposara sus muñecas.

country49

Llegó el final

Una sirena resquebraja la noche portuaria, mientras,  los viajeros se acomodan.
El barco, cual torre de babel tendida sobre las aguas,  parte hacia oriente; tres mil personas agitan sus pañuelos despidiéndose de su vida cotidiana.
Acunados por el vaivén del mar; nobles y villanos, prohombres y gusanos comparten destino mientras mueven patosos las caderas en clase de bailes caribeños. El sol les uniforma con un elegante color dorado que todos lucirán, cual medalla, a su vuelta.
En cada  puerto, el barco vomita su preciosa carga volviendo a engullirlos al caer la tarde.
El periplo concluye en mismo lugar en que empezó y entre prisas y sonrisas se produce la diáspora.
Cuando la sirena del barco vuelva a resquebrajar  la noche y parta con otra remesa humana, nuestros amigos, ataviados con corbatas, buzos, delantales o uniformes, regresaran a su vida, conscientes de que llegó el final, por una semana se olvidó que “cada uno es cada cual”.

desasosegada



SUPERPODERES

Los superpoderes existen.

*

Hay que tener superpoderes para aguantar la estupidez ajena. Para soportar la propia no son necesarios porque nacemos con una estúpida ceguera que nos impide calibrarla.

*

Hay que tener superpoderes femeninos para llevar un velo cuya obligación inventó un hombre y que otros hombres controlan que lleves, pero sobre todo para llevarlo con orgullo, con gracia y con una sonrisa en los labios.

*

Hay que tener superpoderes vitales para sobreponerse a ser un lisiado toda la vida por culpa de un aparato que uno de esos países que supuestamente promueven la paz ha vendido a tu propio país, incapaz de fabricarlo aunque muy capaz de utilizarlo.

*

Hay que tener superpoderes transigentes para soportar que te mientan en la cara mientras piensan que eres un imbécil que desea escuchar mentiras que sólo se han inventado para hacer negocio contigo.

*

Hay que tener superpoderes para aguantar a Dios.

Alfons o Blanco

Peligro Peatón

“Buenos días, mi nombre es Ángel y soy peatón en proceso de rehabilitación”.

“¡Hola Ángel! ¡Todos somos peatones!”, corearon para hacerlo sentir uno más.

-Hace ya casi diez días que he dejado de caminar por la ciudad –continuó-.

Sólo doy los pasos imprescindibles y sólo, si hay razones suficientes. Me he jurado no volver a cruzar una vía, no era consciente de que había desarrollado una adicción perniciosa.

De paso, he dejado también de matar, no he vuelto a empujar a nadie desde el bordillo a la calzada aprovechando el tráfico denso y rápido de las madrugadas.

http://montesinadas.blogspot.com.es/

Montesinadas

lunes, 16 de septiembre de 2013

Hoy te he visto pasar.

Hoy te vi pasar por mi camino talado

entre desengaños, traiciones, olvido y pesares

Por haberte amado tanto, por tu amar falto

hoy te encontré llorando, lamentando tus errores

Hoy te he visto suspirar, oír replicar los tambores

de angustia recluida en la oscuridad de tu gozo

En el pozo de mi orgullo deseé verte reflejado

en mi sentir rasgado por la soga de tus acciones

Por haberte amado tanto, por tu amar falto

hoy te vi pasar tímido por mi camino talado.

Loli Lopesino.

TROMPAS

Hace milenios los elefantes eran pequeños, no tenían trompa ni colmillos y comían arbustos. Tantos comieron que solo quedaron árboles. La naturaleza, que siempre respetó su glotonería, los hizo crecer y les proporcionó colmillos para poder arrancar los árboles a cuyas hojas no alcanzaban.

Andando el tiempo una epidemia de tristeza abatió a la mayoría de ellos. La naturaleza investigó cuál podría ser la causa; cuando supo que los colmillos les impedían besarse hizo crecer su nariz con el fin de que se pudieran acariciar.

Alfonso Blanco

En mí, solo tu mirada, difícil dicotomía.

Hollé el arenal sintiendo el frío en cada caduca pisada que dejaba -yo, nací huella efímera- y Tú mi mar que todo de mí te llevas ¿Por qué así me maltratas? Escribo de tí, de tu brisa, del nacer aire y mezclarte con mi sangre, Tú, mi mar que todo te doy ¿Por qué, así me maltratas? queda lejos la luna y sé que sois tal, ¡Oh! mar, mi mar, cuánto de mujer te inventas. Te hablo desde éste mirarte lejanía, justo al borde del tiempo sin nombre. Yo te amo ¡oh! mar mi mar, si a cada ola yo voy, y muero. Ya no bajaré a los arenales, te escucho luna ¡Qué lejana estás!, tanto como mi vida. En mí, solo tu mirada, difícil dicotomía.

Ramón María

viernes, 13 de septiembre de 2013

Anticristo

Pulió su personaje hasta la perfección. Tocaba el violín ante los pórticos de las catedrales vestido totalmente de negro. Los turistas se arremolinaban y le fotografiaban boquiabiertos, impactados por su mefistofélica apariencia. Era además un virtuoso y sus diabólicos “pizzicati”, que habrían asombrado al mismísimo Paganini, ponían los pelos de punta. Su presencia empezó a incomodar, algunas diócesis alertaron contra sus apariciones y los clérigos se asomaban para rogarle que se alejase. Pero el violinista era persistente y ubicuo. No se arredró cuando en Burgos una gárgola le pasó rozando y se hizo pedazos a sus pies, ni se amilanó su arrogancia cuando un rayo calcinó un árbol cercano ante Notre Dame de Chartres. Hasta que una noche, en Colonia, su violín emitió un maullido desgarrador justo antes de que San Miguel Arcángel, que ocupaba el parteluz del pórtico norte, se desplomase con su lanza y el concierto finalizase abruptamente cuando el instr umento y la cabeza del concertista rodaron juntos por el suelo.

El Manco del Espanto

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Spinning

Sus piernas eran incansables, y no paraban de dar pedales. Mientras, distraía su mirada hacia la venta; viviendo caer la lluvia sin perder el ritmo de la música. Empapada en sudor, secaba su rostro con la toalla.

Las manecillas del reloj, estaban a punto de llegar a su hora. Aunque dicho movimiento fue imposible, por el gran estruendo que propino el rayo; cayendo el reloj al suelo. Perpleja y asustada, decidió dar por terminada la clase.



Yolanda Munoz-http://wp.me/3h9BN

Preludio de otoño

Dice mamá que hoy es un gran día porque voy a volver a ver a mis amigas y al profe y a tocar el violín en el conservatorio.

Yo la creo, porque casi siempre razón pero… en el pueblo no se estaba mal.

Mamá dice que allí no debemos estar mucho tiempo porque nos asilvestramos y nos aburrimos.

Pero yo allí puedo tirarme con la bici por las cuestas y chillar como una loca jugando al tepillo. Además no tengo nunca prisa, porque la abuela me llama desde la ventana cuando tengo que volver.

También se puede pescar pececillos, bañarse en el río, hacer concurso de escupitajos, coger mariposas y otro montón de cosas.

Ayer lloré un poquitín despidiéndome de los abuelos, pero casi nada porque ya soy mayor.

Hoy con mi uniforme nuevo y los zapatos relucientes estoy más contenta; sobre todo porque voy a jugar con la mema de Marieta que es mi compa de pupitre, escuchar las monsergas del profe procurando dormirme con los ojos abiertos y tocar l a mierda esa del violín que suena como un gato con el rabo pillado por una puerta.

¡En fin la típica vuelta a cole!



desasosegada

viernes, 6 de septiembre de 2013

A verano pasado

Ha pasado el verano, donde recargar las lunas en el pelo, y renovar de poesía salada la mirada.

He visto cómo se han aunado esperanzas y deseos, trenzadas a noticias de pobreza en diferido. Un plasma llegó a dejarme atónita, sintiendo la inclusión de escarcha en las venas. Sentí con ello, algo de organismo tocado por la podredumbre y el desapego.

Imágenes inhumanas de coágulos por digerir han trastocado a las siestas y a los abanicos, dejando un hedor a muerte sinsentido.

La luna hoy está callada. Observa cómo nos pondremos a abonar los campos de nuevos sueños, con quimeras más cercanas al corazón de la noche.

Ya pasado el verano, el otoño nos espera, con mil colores, al otro lado de la puerta.



Anónimo

lunes, 2 de septiembre de 2013

Gregorio Samsa, supongo

Huelo a rosas, no sé de qué color porque está oscuro, casi negro, pero son rosas. También percibo el relente húmedo de la tierra agitada y la eclosión de nuevos moradores, alquimistas de la materia, que han empezado a cuchichear muy cerca de mis antenas, ¿O todavía son oídos?

No me asusto, no tiemblo, ni siquiera intento girar la cabeza para no escucharlos, porque ya descubrí, hace unas horas, o quizás sean días, que no puedo moverme. Tengo la certeza de que la sangre no me circula, que no dispongo de actividad cerebral, pese a estos destellos torpes de los sentidos que, obstinados, se aferran a sus últimos estímulos.

Me cuesta aceptar que aún sigo vivo, que la metamorfosis no ha concluido del todo y que, aún, quedan larvas carroñeras dispuestas a profanarme. Finalmente, al paso de sus invertebrados cuerpos, la mandíbula se me descuelga y, con su peso de materia invertida, dibuja una sonrisa erosionada al sentir que todo va desaparecer.

A m i espalda, el vértigo del río arrastra gusanos sorprendidos de que, aún mi alma, se aferre a un trozo de carne descompuesta con olor a polen.

http://montesinadas.blogspot.com.es/

Manuel Montesinos

Mis viejas botas de monte

Hay algo en los zapatos vacíos que me conmueve.

Ese calzado que reposa en una estantería torcido irremediablemente hacia la derecha o dado de sí en el empeine, nos dice tantas cosas de las andanzas de sus dueños…

Un zapato abandonado en la carretera me da sensación de desastre y en el campo de desorientación.

Así que hoy, cuando me dispongo a deshacerme de mis viejas botas de monte no puedo remediar acariciarlas brevemente. Me han acompañado por caminos y veredas, han sudado conmigo en subidas despiadadas y sufrido innumerables aguaceros. Pese a ello siempre parecen en forma y dispuestas a acompañarme.

Por eso ahora, que me despido de ellas para siempre, quiero rendirles un homenaje como solemos hacer cuando hemos de separarnos de compañeros queridos.



desasosegada

domingo, 1 de septiembre de 2013

RELATARIUM REGRESA DE VACACIONES

RELATARIUM ha regresado de unos días de asueto.

Muy a nuestro pesar la resolución de los problemas que causaron que RELATARIUM no estuviera disponible, ha ido más allá de lo deseable, pero afortunadamente RELATARIUM está de vuelta.

No estamos exentos de que la plataforma que produjo el parón vuelva a hacer de las suyas, pero hemos ideado alguna solución alternativa si así sucediera.

Os agradecemos vuestra paciencia y que hayáis hecho uso de esta vuestra casa como lectores durante estas semanas.

Es posible que notéis algunas pequeñas diferencias sobre el funcionamiento previo de RELATARIUM; son menores. Nos habría gustado hacer algunos cambios más amplios, pero será en otra ocasión. Continuad dejandonos vuestras sugerencias en el pestaña "Renovándonos".

Un abrazo literario

PS: Hank, aguardamos tu relato que conjure la maldición de "Atrapados en el tiempo"

280 y punto

viernes, 30 de agosto de 2013

Mientras llueve

He recorrido las avenidas de tus fracasos y las callejuelas de tus triunfos. Me he parado a ver la plazoleta de tus suspiros, y la fuente de tus esquinas más poliédricas y oscuras.
No he podido descifrar el asomo de tu mirada entre las cien mil miradas que adornan la avenida de tu vida, ni los hoyuelos perdidos de tu rostro infantil, ese que ya no existe.
Paseo bajo la lluvia de mis tejanos, adelanto a los peatones de azúcar, y me pregunto, calada hasta los huesos de mis letanías, dónde quedó el retrato de mi infancia.
Y acabo por encontrarla en este vals sin normas que inspiran la danza, mi danza bajo la lluvia.
Secaré mis piernas, mis hombros, mis recuerdos.
En una ceremonia de faquir jubilado, dejaré que la premonición de los fracasos no me aturdan, para poder ignorar ante el espejo, la levedad de tu ser, la fragilidad del mío, y la esquiva realidad que nos circunda.
Sigue lloviendo tras mi ventana. Seca mi piel. Seco mi pelo. Sigue el sol tras las nubes, esperando que un viento de levante me levante, te levante, nos levante.

Un cielo seguro

Todas las tardes se trepaba al árbol que permitía mirar hacia el jardín del convento.
Ella era la más bella de las novicias, y siempre la última en entrar al templo.
Crescencio se la fué conquistando en ardientes pláticas ocultándose en las noches.
Llegado el acto de amor sus cuerpos gozaban perdiendo noción del tiempo.
Huyó con él convencida de que era mejor un cielo seguro que uno incierto y tardío. Y además dudoso.

Carlos de la Parra